Chimpay.-En vísperas de la celebración
de la 45° Peregrinación a Chimpay, el Padre Obispo Esteban María Laxague hizo
pública la carta tradicional que será entregada por los jóvenes, entre los
peregrinos y la comunidad local, durante el sábado 30 de agosto en el marco de
la Fiesta de la Fe.
El texto expresa:
Cuando pensamos y pronunciamos la palabra
“pueblo” pensamos el lugar donde nacimos y vivimos, con sus casas, entre ellas
nuestra propia casa, los lugares comunes (las calles, la plaza, la escuela, el
municipio), los comercios, los lugares de encuentro (la cancha, el club), las
reglas y leyes que rigen la vida de todos los días para ayudarnos a poder
convivir. Pero sobre todo pensamos en personas concretas: el vecino, la
maestra, el panadero, la kiosquera, el que barre la calle,... muchos rostros,
muchos nombres con historias lindas y a veces tristes. El pueblo es entonces
mucho más que un lugar con cosas, es un entramado de personas con amistades,
encuentros, proyectos,.. y a veces con desencuentros, desconfianzas, broncas,
indiferencia...
Todos somos frutos de un pueblo. Allí
nacimos, crecimos y fuimos forjándonos como persona. La primera experiencia de
“pueblo” tenida ciertamente es la familia, luego la escuela, la Capilla, el
club, ..Allí vivimos “la alegría de ser pueblo”, pero también “el compromiso de
ser pueblo”, allí vivimos lo grande que es vivir acompañados y queridos, pero
allí también descubrimos lo importante que es vivir para los demás poniendo lo
mejor de nosotros mismos.
Ceferino vivió la experiencia de ser
pueblo, de ser hijo de los pueblos Araucanos, ser Mapuche, hijo de la tierra,
miembro de la familia Namuncurá. Gozó y sufrió la vida de su pueblo. De muy
pequeño valorará y gozará todo esto, y poco a poco descubrirá que ser pueblo
implica que cada uno le ponga el cuerpo al día a día, con sacrificio muchas
veces, para el bien de los demás!!!. Y así lo vemos de muy pequeño poner su
alegría de niño en la familia, su ayuda en los quehaceres de la casa (cada
mañana iba a juntar leña para el fogón), su atención en aprender los saberes
del campo, de la caza y de la pesca. Desde allí se entiende que a los 11 años
tenga ese proyecto y ese coraje de ir a Buenos Aires para estudiar, dejando su
familia, su tierra.. dejando ese pueblo que tanto quería!!!
Estando en Buenos Aires en el colegio Salesiano Ceferino descubrirá muchas cosas, y entre ellas:
-
que el
ser “pueblo” es una posibilidad y propuesta para todos, estemos donde estemos.
Va más allá del lugar en común, de la historia en común, del mismo idioma, ... Lo esencial para ser
pueblo es dar cabida al otro en mi vida, valorar y cuidar del otro, ayudarse y
caminar juntos.
-
que
Dios Padre nos hace pueblo. Nos hace pueblo ya que al ser Padre de todos nos
hace hermanos. Descubrir que todos somos hijos e hijas de Dios nos lleva a
vernos como hermanos, nos ilumina muchos y nos abre a caminos de encuentro, de
perdón cuando sea necesario, de ayuda pronta y calladita cuando el otro
necesita, de responsabilidad, de libertad, ... Qué maravilloso entonces abrirse
a Dios. En El -en Dios- encontramos el camino, el coraje, la posibilidad de
ser pueblo. Dios nos regala en su Hijo Jesús la ley nueva que nos hace pueblo,
y que podríamos resumir con algunas de estas expresiones de Jesús: “no vine a
ser servido sino a servir”, “el que quiera ser el más grande que se haga
servidor de todos”, “felices los que trabajan por la paz”. Con la luz y la
fuerza del Espíritu Santo hacemos realidad todo esto, y más aún nos descubrimos
como pueblo de Dios.
En esta fiesta de Ceferino qué bueno es
acrecentar el deseo de ser pueblo, y descubrir que abriéndonos a Dios nos
volvemos pueblo, pueblo verdadero donde hay justicia y verdad, solidaridad y
comunión!!! En Dios, con Dios y por Dios somos pueblo, el pueblo de Dios.
P Obispo Esteban Laxague Agosto 2015
Oración:
Jesús, José y María, Sagrada Familia de Nazaret, haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y casas de oración, auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Jesús, José y María, Sagrada Familia de Nazaret, que nunca más en las familias se
vivan experiencias de violencia, cerrazón y división que todo el que haya sido
herido o escandalizado conozca pronto el consuelo y la sanación.
Jesús, José y María, Sagrada Familia de Nazaret, que todos descubramos a la
familia como algo sagrado e inviolable, algo bello de Dios.